Tuesday, January 09, 2007

Apagar la televisión es empezar a pensar!!!



Medicina contra el monopolio

Es frecuente que las dos grandes televisoras privadas del país empleen las concesiones del Estado que usufructúan para defender sus propios intereses, en desdoro de la función social a la que les obliga la ley.

De eso hay varios casos en la historia reciente, y en diciembre de 2006 se gestó uno de los más conspicuos por su claridad contundente y su grado de cinismo: Televisa y TV Azteca aliados denuncian monopolios, en particular, el que según éstas existe en la distribución de medicamentos en el país.

La campaña fue para inhibir la posibilidad de una tercera cadena nacional de televisión que pretende Palmas 26, empresa que resulta de la alianza entre General Electric e Isaac Saba. Es decir, promueve el descrédito de quien osa querer competirles y, simultáneamente, lo usa de ejemplo para quien quiera participar en sus dominios o a quien apoye tales pretensiones. Otra expresión grotesca fueron los dicterios de la revista Vértigo, bastión de TV Azteca, contra Reforma en represalia por su postura en favor de más actores en la televisión.

Eso pasó en diciembre luego de que a fines de noviembre el duopolio televisivo supo que el gobierno federal evalúa la posibilidad de otra alternativa nacional en las pantallas; la medida sería benéfica porque diversificaría contenidos, diluiría la concentración del gasto de publicidad oficial y de la iniciativa privada, abriría más opciones de empleo y, sin duda, disminuiría el poder fáctico de las multicitadas empresas.

La administración inmediata anterior de la SCT hizo una investigación al respecto y concluyó que aquella tercera cadena es deseable y posible, ahora esa investigación sirve de base para que defina la estrategia al respecto el titular de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez. Por cierto, varios dichos del titular de esa dependencia, expuestos el pasado día 15 fueron entendidos desde distintos resortes emocionales, políticos y financieros. La mayoría, sin duda equivocados, afirmaron que el funcionario había cancelado el surgimiento de esa tercera opción. No fue así.

Más competencia comercial en televisión a lo largo y ancho del país es independiente del compromiso que, en junio pasado, el gobierno federal expuso para los primeros 100 días, entre otros: identificar las ciudades susceptibles de ser atendidas con nuevos servicios de radio y televisión, tanto comercial como cultural, educativa, comunitaria y oficial, a efecto de iniciar los procedimientos de licitación pública o permisionada, para el primer semestre de 2007.

Salvo la obcecación de Televisa y TV Azteca, así como la de sus bastiones económicos, prácticamente no hay actor político y financiero relevante que se oponga a esa medida. El secretario de Hacienda, varios organismos nacionales (la Cofeco, entre otros) y aun internacionales (la CEPAL, nótese), así como diversos sectores de la sociedad se han expresado en favor de una tercera, cuarta o hasta quinta opción televisiva en el país, ojalá, por cierto una de ésas incluya la concurrencia de los medios públicos y comunitarios.

La decisión sería legítima, hay varios actores económicos con el suficiente respaldo financiero, también hay condiciones técnicas y tecnológicas que lo hacen posible. A pesar de ello, sin embargo, el poder de aquellas empresas de comunicación es formidable y podrían subyugar una vez más, lo han hecho, al poder público para anteponer sus intereses. Por eso, entre otras cosas, son un riesgo para la democracia mexicana al que vale la pena hacer frente y atenuar. La medicina es generar competencia.

Editorial de la revista dedicada al análisis de medios de comunicación "Etcétera", Enero 2007.

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