Tuesday, July 25, 2006

Cambiar el modelo o resignarse a la pobreza

Cambiar el modelo o resignarse a la pobreza

En el Panorama económico mundial 2005, documento presentado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se presenta un panorama trágico de lo que le espera a la población mexicana. Si la economía del país sigue anclada a tasas de crecimiento como las actuales ­un "crecimiento mediocre", definió la misma organización en marzo pasado­, se requerirá de dos siglos para poder alcanzar los niveles de vida de las naciones más avanzadas. En otros términos, los nietos de los nietos de los mexicanos actuales seguirán viviendo en un entorno de pobreza mayoritaria.

El pronóstico a corto plazo, es decir, en lo que le queda al actual gobierno, no es menos desolador: es previsible, en el menos peor de los casos, una tasa de desempleo similar a las que ha generado el gobierno foxista en cuatro años y medio, y el crecimiento del PIB será este año menor que el de 2004. Lo más que podría esperarse de la administración en curso sería que se concretara "a tomar medidas de impulso al crecimiento económico que no requieran de una aprobación del Congreso, sino que puedan ser adoptadas por el Poder Ejecutivo", toda vez que pueden darse por descartados los acuerdos políticos que se requerirían para aprobar las reformas por las que ha abogado el grupo en el poder ­y antes de él, el zedillismo­ en materia energética, laboral, fiscal y laboral.

Por más que la OCDE siga recomendando, como cabe esperar de un organismo dominado por las naciones ricas, una nueva oleada de privatizaciones, desregulaciones y aperturas indiscriminadas, es claro que el modelo económico vigente desde hace cuando menos 16 años ­o 22, si se le agrega eso que se conoce como "el primer sexenio de Carlos Salinas", es decir, la gestión de Miguel de la Madrid­ ha tenido algunas de sus líneas de acción precisamente en las privatizaciones corruptas, el desmantelamiento del sector público, la liquidación de conquistas laborales, agrarias y sociales y la entrega de los mercados nacionales a los intereses trasnacionales. Lo poco de crecimiento que se ha logrado en ese lapso ha sido a pesar de la política económica referida, y no gracias a ella, y a costa de un incremento abismal de la desigualdad, la injusticia y la desintegración social.

Las perspectivas señaladas por la OCDE, por no hablar de la persistencia de la ineptitud, la corrupción y el dispendio que van asociados al modelo económico, colocan a la ciudadanía ante la disyuntiva de procurar, por la vía política, institucional y pacífica, un cambio de fondo en la desatinada conducción que ha sufrido el país en los últimos tres o cuatro sexenios o resignarse a más de lo mismo, que es lo que ha producido el autodenominado "gobierno del cambio". La nación necesita de estrategias de crecimiento que antepongan el bienestar de los mexicanos a los intereses financieros nacionales y foráneos, que orienten el desarrollo no a la generación de paraísos para la especulación sino para lograr niveles de vida dignos y justos, que empiecen, de una vez por todas, a atender la exasperante deuda social y procuren, en consecuencia, una redistribución de la riqueza contraria a la obscena concentración de los recursos nacionales en unas cuantas manos, como han venido propiciando las gestiones económicas salinista, zedillista y foxista.

No es mucho, como señala el organismo internacional, lo que puede esperarse del actual gobierno. Es tiempo, en cambio, de empezar a analizar, debatir y mejorar las propuestas que se confrontarán en las elecciones federales del año entrante.

Editorial, La Jornada, Miércoles 25 de mayo de 2005

Elecciones en México: adiós a la democracia



Elecciones en México: adiós a la democracia

Por Blanche Petrich*


Vacío de poder, ingobernabilidad, anulación del proceso electoral, nombramiento de un presidente interino, riesgo de violencia social, polarización. Expresiones de inestabilidad que México no había conocido en su historia reciente son hoy términos frecuentes en el debate político como consecuencia de la crisis postelectoral con la que se signó la jornada comicial del 2 de julio.

Estos son los saldos de una elección presidencial que no tuvo los elementos mínimos de credibilidad y que ha dejado a la nación prácticamente partida en dos. Así, México, que llegó tarde al juego de la “democracia electoral moderna” –apenas en el 2000— hoy le dice adiós.

Andrés Manuel López Obrador, el candidato de los sectores liberales y nacionalistas que se erigió con un liderazgo sin precedentes, se declara defraudado y emprende la defensa del sufragio por dos vías. La primera, la resistencia civil pacífica, a la que convocó el domingo 16 de julio ante una concentración popular que fue definida como una de las mayores en la historia (más de un millón de personas). La segunda, la impugnación jurídica, mediante un recurso de inconformidad ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial que exige un nuevo recuento de todos los votos emitidos.

Su llamado apuesta a una movilización de largo aliento. La primera interrogante es si la efervescencia social inicial, que acudió al llamado a la resistencia y rebasó los cálculos de la propia Coalición “Por el Bien de Todos”, podrá mantener el pulso y la fuerza necesarias. La segunda gira en torno al alcance de la demanda judicial, que tendría, entre uno de sus alcances más extremos, el de la anulación de la elección. Siete magistrados del TEPJ tienen hoy en sus manos el destino de México, un país donde los jueces de consigna tienen una larga tradición, muy por encima del aun endeble proceso de cambio que debería garantizar la plena independencia del poder judicial.

En la esquina opuesta, los poderes fácticos cierran filas y emprenden una férrea defensa del turbio triunfo del candidato del derechista Partido de Acción Nacional Felipe Calderón. Estos poderes han levantado un rotundo “no” ante la posibilidad de que se cumpla lo que se exige en la calle: el recuento “voto por voto, casilla por casilla”, para ver si es verdad que Calderón obtuvo medio punto porcentual más que López Obrador.

En esta otra resistencia –la que pretende evitar que se transparente el resultado electoral—participan banqueros e industriales, el alto clero y el gobierno federal, las organizaciones más conservadoras, incluida la ultraderecha que durante la administración de Vicente Fox salió del clóset y se reagrupó en la cúpula panista, las viejas estructuras del sindicalismo corporativo y la mayor parte de los medios de comunicación y de manera notable los electrónicos, con el poderoso consorcio Televisa a la cabeza, dictando línea. A ello se ha sumado el propio Instituto Federal Electoral, que como árbitro debería mantenerse alejado de la contienda.

Este formidable bloque de poder ataca por varios frentes. Uno, abrumador, es la defensa sin fisuras del instituto electoral como suma de todas las bondades de la llamada “democracia moderna”. Criticar o cuestionar a esta “sagrada” institución constituye hoy “una ofensa” a la ciudadanía y a la ley. Los conductores de los medios electrónicos, virtuales jueces del proceso, meten debajo del tapete los vicios de origen del IFE; callan el desequilibrio existente en el consejo electoral, integrado por cuatro priistas y cinco panistas, sin ninguna representación del flanco izquierdo. Y omiten recordar que el presidente del instituto electoral, Luis Carlos Ugalde, no es un actor neutral. Amigo personal de Felipe Calderón, Ugalde fue propuesto e impuesto en el cargo por la ex diputada Elba Esther Gordillo, un fenómeno del paleolítico mexicano. Esta mujer es líder del sindicato de trabajadores de la educación, la mayor organización gremial de América Latina. Acaba de ser expulsada del PRI por haber promovido en varios estados del norte del país la deserción del voto duro de su propio partido, el viejo tricolor, a favor del Partido Acción Nacional. En buena medida, Calderón le debe su pírrica victoria a las malas artes de la “maestra” quien tiene, por tanto, una enorme factura que puntualmente le cobrará al futuro presidente.

Otro elemento de la estrategia de la derecha es poner el grito en el cielo ante una eventual anulación de la elección. Esta es una de las opciones legales a las que podría recurrir el tribunal electoral –quizás la más extrema-- si encuentra que las inconsistencias que denunció la coalición de López Obrador contaminaron, en efecto, todo el proceso comicial.

Para los millones de ciudadanos que consideran que su derecho al sufragio fue violado, esta posibilidad aparece, cada vez más, como la única salida posible. Para quienes están dispuestos a llevar a Calderón a la presidencia a toda costa, la palabra “anulación” es equiparada con “traición”. Y, según declara el propio candidato panista, están dispuestos a “defender la democracia, la paz y las instituciones”.

En este discurso, ha aparecido, de manera peligrosa, la palabra violencia. Fue el presidente Fox quien dio la pauta al decir que la jornada del dos de julio había sido ejemplar, salvo por “algunos renegados”. Los numerosos voceros del calderonismo derivaron esa idea a otra polarización: demócratas versus antidemocráticos. Y en los últimos días, pacíficos contra violentos.

A tres semanas de los comicios, no se han registrado actos de violencia, aunque hay quienes la invocan. La pregunta es si la crispación actual se mantendrá sin desbordarse hasta el desenlace de este proceso.

El primer plazo se vence a fin de mes, cuando el tribunal electoral resuelva si abre solo una tercera parte de los paquetes impugnados o hace un recuento de los más de cuarenta millones de votos. Muchos analistas ven distante esta posibilidad, no solo por la tibieza característica de los jueces y por la desigualdad de recursos y poder entre las fuerzas enfrentadas, sino también por los errores contenidos en las impugnaciones de la coalición de López Obrador. Hay opiniones que no descartan que, pese al cúmulo de dudas y a la inconformidad masiva, el 6 de septiembre, cuando se agoten los términos legales, Calderón será declarado presidente electo.

Para allanar el camino, mucho antes de ser legalmente declarado ganador, Calderón ya actúa como presidente electo, anuncia diversas fórmulas de lo que será un aun hipotético gabinete, recibe felicitaciones de jefes de Estado –aunque luego sean retiradas, como fue el caso del estadunidense George Bush y el español Rodríguez Zapatero—y es resguardado por el Estado Mayor presidencial.

¿Qué horizonte se tendrá, entonces, para el futuro régimen?

En principio, Felipe Calderón, por su propio perfil y por su trayectoria, será un presidente débil, acotado. Panista desde la adolescencia, es hijo de un ilustre fundador del partido que en los años 30 se inspiró en la doctrina socialcristiana, Luis Calderón Vega, quien hace décadas renunció al PAN en protesta por un fraude. Felipe, a sus 44 años, nunca fue el favorito del poderoso líder de su partido José Espino para el cargo, un derechista a ultranza. Ni lo fue para el presidente Fox, o peor aún, para su esposa Marta, que tras el escenario maneja muchos hilos del partido. Quizá por ello su libro de campaña se llamó “El hijo desobediente”. El mismo “hijo” que, una vez dentro del redil, tendrá que hacer mayores méritos para aplacar a los halcones que lo rodean, particularmente a los cuadros del viejo organismo de la ultraderecha violenta, “El Yunque”, que llegó a la cúpula de el PAN precisamente de la mano de Espino.

Si se concreta este escenario, el Partido de la Revolución Democrática, con sus aliados, quedará, una vez más, en la oposición. Pero contará con el carismático liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, que concita un enorme apoyo popular, ya que con 14 millones de votos, la coalición obtuvo más del doble de votos que el candidato que contendió por esta formación en las tres elecciones anteriores, Cuauhtémoc Cárdenas.

Con un perfil en el que la mayoría son ciudadanos sin partido, el fenómeno de la popularidad de López Obrador trasciende, con mucho, al PRD. En este partido los contenidos de una agenda de izquierda se han ido diluyendo en los últimos años. Hoy, sus figuras principales son ex priistas que han cambiado de camiseta de última hora, ante el naufragio de su propio partido. El divorcio del PRD con las causas populares es profundo y muchos de sus cuadros históricos han minado su bagaje de luchas populares en aras del pragmatismo.

En palabras del analista Luis Hernández Navarro, la confrontación política actual se da en términos de liberales y conservadores, más que entre derecha e izquierda.

¿Cuál será, entonces, el cauce para la izquierda mexicana? Está, desde luego, la construcción de esta vía desde la propuesta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que en diciembre del año pasado arrancó “la Otra Campaña”, para promover a lo largo y ancho del territorio la construcción de una fuerza “abajo y a la izquierda”. Medio año después, con medio país recorrido, la iniciativa zapatista suspendió el viaje y se estacionó en la capital. Durante la primera fase del trayecto, el subcomandante Marcos criticó consistentemente el carácter electorero y antipopular de los contendientes, privilegiando en sus ataques la figura de López Obrador. El bombardeo de Marcos contra el PRD y López Obrador creó fracturas entre seguidores del EZLN, que históricamente han votado por la izquierda. El discurso antiperredista del EZLN terminó, como un bumerang, por golpear a “la otra campaña”, cuya presencia en el debate de la coyuntura actual es marginal.

En el vasto y diverso territorio mexicano han aparecido nuevas experiencias de disidencia que deben ser tomadas en cuenta. Una de ellas es la de Oaxaca, donde una huelga del movimiento magisterial que se mantiene desde hace meses ha tenido un eco inesperado. El paro y la movilización de 70 mil maestros procedentes de los 570 municipios y 10 mil comunidades indígenas del estado dio pie a la instalación de la Asamblea Popular del Pueblo Oaxaqueño, que tiene como principal demanda la destitución del gobernador Ulises Ruiz. La APPO, que ha tomado prácticamente el centro de la ciudad de Oaxaca, ocupó el palacio de gobierno que las autoridades locales habían abandonado y estableció ahí el Gobierno Popular del Estado. Este complejo proceso político local, ignorado y distorsionado por los grandes medios a nivel nacional, representa una forma de recuperar formas del poder comunitario; un fenómeno –puntualiza Luis Hernández Navarro—que nos acerca más al movimiento que llevó a Evo Morales al poder en Bolivia que a la propuesta de López Obrador de “un gobierno cercano a la gente”.

Este es, pues, el escenario de fin de régimen de Vicente Fox, quien en días recientes declaró que cuando salga de Los Pinos “dejará el país en paz, bien y trabajando”. Es una pena que el presidente-ranchero no pueda percatarse del fino e involuntario humor de sus palabras.

*Periodista de La Jornada

La vergüenza de ser estadounidense


La vergüenza de ser estadounidense

Paul Craig Roberts


¿Sabes que Israel realiza una limpieza étnica en el sur de Líbano? Israel ha ordenado que todos los aldeanos se vayan. Israel luego destruye sus casas y asesina a los aldeanos en fuga. Así no hay nadie que vuelva y nada donde puedan retornar, facilitando que Israel se apodere del territorio, tal como Israel ha estado robando Palestina a los palestinos.

¿Sabes que un tercio de los civiles libaneses asesinados por los ataques de Israel contra barrios residenciales civiles son niños? Es lo que informa Jan Egeland, coordinador de la ayuda de emergencia de la ONU. Dice que es imposible que la ayuda llegue a los heridos y a los que están sepultados en los escombros, porque los ataques aéreos israelíes han destruido todos los puentes y carreteras. Considerando la frecuencia (casi permanente) con la que Israel no da en el blanco cuando se trata de Hezbolá y alcanza objetivos civiles, se podría imaginar que el fuego israelí sea guiado por satélites de EE.UU. y el sistema militar GPS de EE.UU. No te sorprendas si EE.UU. es cómplice. ¿Por qué iba a ser menos malvado el títere que el titiritero?

Pero tú no sabes de estas cosas, porque los medios impresos y televisivos de EE.UU. no informan al respecto.

Porque Bush está tan orgulloso de sí mismo, sabes que ha bloqueado todo esfuerzo por detener la matanza israelí de civiles libaneses. Bush ha dicho “NO” a la ONU. Bush ha dicho “NO” a la Unión Europea. Bush ha dicho “NO” al primer ministro pro-estadounidense de Líbano, Por dos veces. Bush se siente muy orgulloso de su firmeza. Los excesos israelíes lo deleitan y le gustaría poder hacer lo mismo en Iraq.

¿Te convierte en un Estadounidense Orgulloso el que “tu” presidente haya dado a Israel luz verde para arrojar bombas sobre columnas de aldeanos que huyen de los bombardeos israelíes, sobre vecindarios residenciales en la capital libanesa y por todo el país, contra hospitales, centrales eléctricas, fábricas y bodegas de alimentos, puertos, aeropuertos civiles, puentes, carreteras, sobre cada parte de la infraestructura de la que depende la vida civilizada? ¿Eres un Estadounidense Orgulloso? ¿O eres un títere de Israel?

El 20 de julio, “tu” Cámara de Representantes votó por 410 votos contra 8 a favor de los masivos crímenes de guerra de Israel en Líbano. No contentos con convertir a cada estadounidense en un cómplice de los crímenes de guerra, “tus” representantes, según Associated Press, también “condenan a los enemigos del Estado judío.”

¿Quiénes son los “enemigos del Estado judío?

Son los palestinos, cuya tierra ha sido robada por el Estado judío, cuyos hogares y olivares han sido destruidos por el Estado judío, cuyos hijos han sido matados a tiros en las calles por el Estado judío. Son palestinos que han sido amurallados en guetos, que no pueden llegar a sus tierras de cultivo o a la atención sanitaria, o a sus escuelas, que no pueden conducir por carreteras en Palestina que han sido construidas sólo para judíos. Son palestinos, cuyas antiguas ciudades han sido invadidas por colonos sionistas militantes bajo la protección del ejército israelí que golpea y persigue a los palestinos y los expulsa de sus localidades. Son palestinos que no pueden permitir que sus niños salgan de sus casas porque serán asesinados por colonos israelíes.

Los palestinos que enfrentan al mal israelí son llamados “terroristas.” Cuando Bush impuso elecciones libres a Palestina, la gente votó por Hamas. Hamas es la organización que ha hecho frente al Estado judío. Significa, evidentemente, que Hamas es malo, antisemita, anti-estadounidense y terrorista. EE.UU. e Israel reaccionaron cortando todos los fondos al nuevo gobierno. La democracia es sólo permitida si produce los resultados deseados por Bush e Israel.

Los israelíes nunca practican el terror. Sólo los que se oponen a Israel son terroristas.

Otro enemigo del Estado judío es Hezbolá. Hezbolá es una milicia de musulmanes chiíes creada en 1982 cuando Israel invadió Líbano por primera vez. Durante esa invasión el Estado judío, tan moral, organizó el asesinato de refugiados en campos de refugiados. El resultado de las atrocidades de Israel fue Hezbolá, que combatió al ejército israelí, lo derrotó, y lo expulsó, con la cola entre las piernas, fuera de Líbano. Actualmente Hezbolá no sólo defiende el sur de Líbano, sino provee servicios sociales como orfanatos y atención sanitaria.

Para facilitar la caza, los enemigos del Estado judío son todos los países musulmanes que no estén gobernados por un títere estadounidense amigo de Israel. Egipto, Jordania, Arabia Saudí, y los emiratos petroleros se han colocado de parte de Israel contra su propia gente, porque dependen del dinero estadounidense o de la protección estadounidense contra sus propios pueblos. Tarde o temprano, esos gobiernos totalmente corruptos, que no representan al pueblo que gobiernan, serán derrocados. Es sólo cosa de tiempo.

Es muy posible que Bush e Israel no hagan otra cosa que acelerar el proceso en su esfuerzo frenético por derrocar a los gobiernos de Siria e Irán. Ambos gobiernos tienen más apoyo popular que Bush, pero el tarado de la Casa Blanca no lo sabe. El tarado piensa que Siria e Irán serán un “paseo” como Iraq, donde diez orgullosas divisiones del ejército de USA están bloqueadas por unos pocos insurgentes con armas ligeras.

Si todavía sigues siendo un Estadounidense Orgulloso, considera que con tu orgullo no un favor a Israel ni a EE.UU.

El 20 de julio cuando “tu” Cámara de Representantes, después de “tu” Senado de EE.UU., aprobó la resolución de apoyo a los crímenes de guerra de Israel, el grupo de cabildeo más poderoso en Washington, el Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), publicó rápidamente un comunicado de prensa en el que proclama: “El pueblo estadounidense da un apoyo abrumador a la “guerra contra el terrorismo [de Israel] y comprende que debemos estar junto a nuestro mejor aliado en este tiempo de crisis.”

La verdad es que Israel creó la crisis al invadir a un país con un gobierno pro-estadounidense. La verdad es que el pueblo estadounidense no apoya los crímenes de guerra de Israel, como dejaron en claro los resultados del sondeo rápido de CNN, mediante llamados a C-Span.

A pesar del sesgo israelí en las noticias suministradas por la “información” de EE.UU., una mayoría de los estadounidenses no aprueba las atrocidades israelíes contra civiles libaneses. Hezbolá está situado en el sur de Líbano. Si Israel está atacando a Hezbolá, ¿por qué caen las bombas israelíes sobre el norte de Líbano? ¿Por qué caen sobre Beirut? ¿Por qué caen sobre aeropuertos civiles? ¿Sobre escuelas y hospitales?

Ahora llegamos al punto principal. Cuando el Senado y la Cámara de Representantes de EE.UU. aprueban resoluciones en apoyo a los crímenes de guerra de Israel y condenan a los que resisten a la agresión israelí, el Senado y la Cámara confirman la propaganda de Osama bin Laden de que EE.UU. apoya a Israel contra el mundo árabe y musulmán.

Indudablemente, Israel, con uno de los mayores ingresos per capita del mundo, es el mayor receptor de ayuda exterior de EE.UU. Muchos creen que gran parte de esta “ayuda” vuelve a AIPAC, que la utiliza para elegir a “nuestros” representantes en el Congreso.

Esta percepción no favorece a Israel, cuya población disminuye ya que los más inteligentes prevén lo que sobrevendrá y parten. Israel está rodeado de cientos de millones de musulmanes que son convertidos en enemigos de Israel por las acciones y políticas inhumanas de ese país.
En el mundo musulmán siempre han albergado la esperanza de que EE.UU. intervendría a favor de un compromiso y que haría que Israel comprendiera que no puede robar Palestina y convertir a todos los palestinos en refugiados.


Fue la esperanza del mundo árabe. Por eso no han derrocado a nuestros títeres. Gracias a esta esperanza EE.UU. sigue gozando de un cierto prestigio en el mundo árabe.

La resolución de la Cámara de Representante, comprada y pagada con el dinero de AIPAC, es el último clavo en el ataúd del prestigio estadounidense en Oriente Próximo. Muestra que EE.UU. es, definitivamente, el títere de Israel, como dice Osama bin Laden, y como cree la mayoría de los musulmanes.

Con la desaparición de la esperanza y la diplomacia, en el futuro lo único que les queda a EE.UU. e Israel son sus garras y sus dientes. El tan ensalzado ejército israelí no pudo derrotar a una milicia harapienta en el sur de Líbano. El tan ensalzado ejército de EE.UU. no pudo derrotar a una insurgencia harapienta, con armas ligeras, surgida de una minoría de la población en Iraq, insurgentes que, además, están involucrados ante todo en una guerra civil contra la mayoría chií.
¿Qué harán EE.UU. y su titiritero? Ambos están tan inflados con su arrogancia y su paranoia como para admitir sus terribles errores. Israel y EE.UU. destruirán desde el aire la infraestructura de Líbano, Palestina, Siria, e Irán, para que la vida civilizada se haga imposible para los musulmanes, o EE.UU. e Israel utilizarán armas nucleares para intimidar a los musulmanes para lograr que se ajusten a los deseos de Israel.

El genocidio de musulmanes en una u otra forma es el objetivo declarado de los neoconservadores que controlan totalmente el gobierno Bush. El padrino neoconservador Norman Podhoretz ha propugnado la Cuarta Guerra Mundial (en el pensamiento neoconservador, la Tercera fue la guerra fría) para derrocar al Islam en Oriente Próximo, desarraigar la religión islámica y convertirla en un ritual laico formalizado.

El Pentágono neoconservador de Rumsfeld preparó una nueva doctrina bélica de EE.UU. que permite el ataque nuclear preventivo contra estados no-nucleares.

El neoconservador David Horowitz dice que al masacrar a civiles palestinos y libaneses “Israel hace el trabajo del resto del mundo civilizado,” equiparando así a los criminales de guerras con seres civilizados.

El neoconservador Larry Kudlow dice que “Israel hace la labor del Señor” al asesinar libaneses, una afirmación que debería dar a pensar a los partidarios evangélicos cristianos de Israel. ¿Dónde dice el Señor: “ve y asesina a tus prójimos para poder robar sus tierras”?

La historia condenará eternamente a EE.UU. por la complicidad del público estadounidense con estos atroces crímenes.

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Paul Craig Roberts fue Secretario Adjunto del Tesoro en el gobierno Reagan.
Es coautor de “The Tyranny of Good Intentions”.

Monday, July 24, 2006

Israel debe recordar su origen "terrorista"

En la foto de arriba observas a Tzipi Livni, ministra del Exterior israelí, y al primer ministro Ehud Olmert, hace unos días en Jerusalén. Los padres de ambos pertenecieron a un grupo terrorista llamado Irgún que operó en las décadas de los 30 y 40

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Israel debe recordar su origen "terrorista"
Por Johann Hari*

Mientras las fuerzas israelíes daban muerte a más de 300 civiles y expulsaban de su hogar a medio millón de personas en aras de erradicar el "terrorismo", una pequeña y amarga ironía histórica pasaba inadvertida la semana pasada en Israel.

Los veteranos de otra organización "terrorista" se reunieron frente a las narices de las fuerzas israelíes, para celebrar la matanza de 91 personas, entre ellas 28 británicos, en un hotel de Jerusalén. Recordaron con cariño los días en que plantaban bombas que volaron en pedazos a civiles en autobuses, mercados y cafés, introduciendo esas tácticas en el tango de Medio Oriente. Evocaron cuando rodearon a todos los pobladores de una aldea -251 hombres, mujeres y niños- y los mataron a balazos. Incluso celebraron la captura de soldados del bando enemigo a los que mantuvieron en cautiverio durante semanas hasta que finalmente los colgaron.

Y esta organización terrorista, ¿ha sido castigada con un bombardeo de la fuerza aérea israelí? Para nada.

El grupo se llamaba el Irgún, y estaba formado por nacionalistas judíos cuyos hijos ahora forman parte de la elite gobernante israelí. Durante las décadas de 1930 y 1940 plantó bombas por toda Palestina, tomando como blancos tanto a soldados británicos como a civiles palestinos. Tenía dos objetivos: expulsar a los imperialistas británicos y orillar mediante el terror a la población palestina a aceptar incondicionalmente la creación de Israel.

Es dudoso que Ehmud Olmert, el primer ministro israelí que ha declarado la "guerra al terror", llegara a condenar al Irgún. Pasó tres años de su vida en sus campos de adiestramiento, mientras sus padres contrabandeaban armas para la organización. Tzipi Living, la ministra del Exterior a quien muchos consideran la próxima primera ministra, es hija del director de operaciones militares del Irgún y orquestador de matanzas de civiles.

Mientras la guerra en Líbano pasaba al primer plano de atención la semana pasada, los combatientes del Irgún sobrevivientes develaron una placa que marca el 60 aniversario de su decisión de volar el hotel Rey David.
Si Olmert, Livni y el público israelí pudieran recordar su propia historia familiar de "terrorismo", serían capaces de ver lo inútiles que son sus actuales campañas militares contra los "terroristas" en Gaza y Líbano.

Cuando el pueblo israelí carecía de un Estado, una sección de su población tomó las armas y luchó por tenerlo... a menudo con tácticas terribles. Algunos incluso tuvieron sueños dementes de limpieza étnica. El pueblo palestino está exactamente en la misma situación hoy, alimentada y financiada por Hamas y Hezbollah.

Hace tres veranos conocí, en un frío y austero departamento de Gaza, a un grupo de jóvenes que se adiestraban para ser atacantes suicidas. Mientras hablaba con esos jóvenes marinados en rabia, me estremecía lo conocidas que me sonaban sus palabras. En ese tiempo leía La revuelta, las memorias de Menajem Begin, el comandante del Irgún que llegó a ser primer ministro de Israel por el partido Likud. "La sangre dio vida a nuestra revuelta", escribió. "Sólo cuando estás preparado a enfrentarte al mismo Zeus para llevar el fuego a la humanidad podrás alcanzar la revolución del fuego." Los presuntos asesinos suicidas decían: "Crearemos Palestina a sangre y fuego. Los judíos sólo entienden la sangre y el fuego".

Olmert y Livni necesitan preguntarse cómo habrían respondido sus padres, decididos combatientes terroristas, al bombardeo aéreo que Israel inflige esta semana. Los miembros del Irgún no dejaron de volar civiles árabes en pedazos porque los aplastaran barcos de guerra británicos y helicópteros Apache: se detuvieron porque el mundo les dio un jirón de lo que querían. No todo: ellos querían toda la tierra que se extiende entre el río Jordán y el Mediterráneo, pero transigieron para tener un Estado propio dentro de fronteras más limitadas.

Hamas y Hezbollah no pueden ser silenciados por medios militares. Puede que este año les destruyan su arsenal de cohetes, pero la renovada ferocidad de su odio garantizará que lo reconstruyan el año próximo. No se quedarán observando cómo sus hijos son reducidos a niveles de desnutrición cercanos a los de Africa, como ha ocurrido en Gaza, o mientras la tasa de muerte es de 10 a uno en su contra, como en Líbano.

La única forma de silenciarlos alguna vez será darles algo de lo que quieren, no todo. Los dos han acordado que si se da una solución real de dos estados a lo largo de la frontera de 1967, no volverán a lanzar un disparo hacia Israel. Quieren toda la tierra, limpiada étnicamente de sus enemigos, tal como los padres de Olmert y Livni querían hace 60 años... pero se conformarán con menos.

Sin embargo el gobierno israelí no ha elegido esta ruta de decrecer el conflicto y negociar con el fin de tener dos estados para dos pueblos en el estrecho jirón de tierra que están condenados a compartir. Ha elegido la guerra.

Y por eso, de aquí a 60 años, combatientes libaneses y palestinos se reunirán con orgullo en la ciudad de Gaza y en Beirut para develar placas en honor de los "terroristas" que mataron y murieron combatiendo a Israel esta semana. A este ritmo, mientras Medio Oriente se aleja aún más de la única solución sensata, la ironía histórica se volverá a perder.

* Dramaturgo y periodista galardonado británico.

© The Independent
Traducción: Jorge Anaya

Exxon-Mobil incide en Congreso y Casa Blanca para que EU no ratifique el Protocolo de Kyoto




Exxon-Mobil, la empresa que más se opone
al desarrollo de energía renovable

Evidencias de que el uso intensivo de combustibles cambiará el clima, afirma investigadora

Por Israel Rodriguez y Angeles Cruz, enviados

Exxon-Mobil, la empresa petrolera más grande del mundo, ha sido la compañía que más se ha opuesto a la adopción de medidas que contribuyan al mejoramiento ambiental y al desarrollo de energías renovables, aseguró Naomi Oreskes, profesora del Departamento de Historia de la Universidad de San Diego (UCSD).

En entrevista, la investigadora manifestó que a través de representantes en el Congreso y en la Casa Blanca, vinculados estrechamente con esta petrolera, que tiene negocios en más de 200 países en todo el mundo, la empresa ha influido para que Estados Unidos no ratifique el llamado Protocolo de Kyoto.

En los pasados 20 años se ha acumulado evidencia de que el uso intensivo de combustibles por la industria y los automóviles pueden provocar cambios peligrosos en el clima global. En 1997 se estableció el Protocolo de Kioto. Mediante ese acuerdo, los países firmantes, entre ellos México, se comprometieron a reducir sus emisiones; sin embargo, países como Estados Unidos, China, Japón y Rusia se rehusaron a signar el acuerdo internacional.

A este respecto, Naomi Oreskes, aseveró que en la Casa Blanca además del presidente George Bush y Dick Cheney existen otros destacados funcionarios que provienen de las compañías petroleras, por lo que no hay incentivos para que estas empresas cambien a la investigación de combustibles más limpios como el desarrollo de energía solar y eólica.

Exxon-Mobil, también conocida bajo la marca Esso, es la primera compañía a nivel internacional que financia centros de propaganda y divulgación de ideas generalmente de carácter político neoliberales además de que ha sido una de las principales empresas que ha otorgado cuantiosos recursos a las campañas electorales de los Bush.

Cuestionada en el marco del tercer taller de periodismo científico Historia, política y controversia, efectuado en la sede de la UCSD, Oreskes afirmó: "Nosotros conocemos mejor este tipo de actividades de ellos (Exxon-Mobil) y han sido los más activos en dos formas. Hicieron, primero una serie de anuncios en el New York Times durante varios años y éstos señalaban que no conocían lo que estaba ocurriendo con el cambio climático, si el mundo se está calentando, si los combustibles estaban contribuyendo a ello, y consideraron que era muy temprano para regular el tema".

Exxon-Mobil fue uno de los impulsores de la resolución Byrd-Hagel, para que Estados Unidos no ratificara el protocolo de Kyoto establecido en 1997. Entre los congresistas que elaboraron esta resolución destacan Robert Byrd, del oeste de Virginia, y Charles Hagel, de Nebraska, relacionados con los grupos petroleros y del carbón.

Además hay otros congresistas que están incrustados en la Casa Blanca y que responden a los intereses de las compañías petroleras, como son Joe Barton, de Texas, y el senador James Inhofe, de Oklahoma.

La especialista manifestó que para beneficiar a esos mismos grupos políticos y económicos en los que también es conocida la participación del presidente George Bush y Dick Cheney, ahora se impulsará el uso intensivo del carbón. Exxon-Mobil y la industria del carbón se han opuesto y se resisten el cambio legal.

Sin embargo, compañías como la inglesa British Petroleum (BP), la angloholandesa Shell y la estadunidense Conoco Phillips han sido más concientes de los daños que puede ocasionar el cambio climático, por lo que abandonaron el grupo que inicialmente se oponía a aplicar medidas para contrarrestar los efectos del cambio global y ahora están destinado enormes sumas de dinero a la investigación para el desarrollo de nuevos combustibles más limpios.



El derecho de resistencia
Por José Fernández Santillán*

El 29 de abril de 1992, en Los Ángeles, California, estallaron los peores disturbios que se recuerden en esa ciudad. La razón fue el fallo del jurado que encontró inocentes a cuatro agentes de la policía videograbados por un aficionado cuando le propinaban una golpiza salvaje a un joven afro-estadounidense, Rodney King. La consigna de los sublevados fue muy simple: "No justice, no pace" (si no hay justicia no hay paz).

Valga otro ejemplo: el 21 de agosto de 1968 el movimiento democrático encabezado por Alexander Duvcek en Checoslovaquia fue sofocado por los tanques del Ejército soviético. Ante la superioridad militar de los invasores la gente cayó en el desánimo hasta que, a principios de 1969, el estudiante Jan Palach se prendió fuego en la Plaza de San Wenceslao de la capital de la república, Praga. Su funeral se convirtió en un acto de protesta masivo en contra de la ocupación.

Las figuras de Rodney King y Jan Palach son símbolos de las distintas técnicas de la protesta civil contra hechos considerados injustos. Aunque cada cual fue ocasionado por motivos distintos, tienen en común el recurso a la violencia: el primero en forma de disturbios, el segundo por medio de la autoinmolación.

Pues bien, en el repertorio de las luchas civiles hay, sin embargo, otro tipo de técnicas que no tiene que ver con el uso de la violencia, sino con medios pacíficos. Es aquí donde se ubica el llamado que hizo Andrés Manuel López Obrador en la manifestación ciudadana del pasado domingo 16 de julio en protesta por lo que se considera un fraude electoral cometido dos semanas antes. Por eso mismo, conviene analizar cuáles son los límites y alcances de la alternativa por la que optó la coalición Por el Bien de Todos para pedir el recuento "voto por voto, casilla por casilla".

Quedan, explícitamente, excluidas de esta propuesta los disturbios y la autoinmolación a los que hemos hecho referencia; o sea, la violencia empleada contra los demás o contra sí mismo. A esos parámetros debe ceñirse la lucha pacífica. En seguida tendríamos que decir que la resistencia civil proviene de una larga tradición que se remonta, por lo menos, al siglo XVI cuando al calor de las guerras de religión se perfiló la contienda contra la arbitrariedad de los autócratas. Estas luchas quedaron condensadas en lo que se considera la Biblia del derecho de resistencia, el libro Vindiciae contra Tyrannos (1579) escrito por Stephanus Junios Brutus. La tesis central es que las autoridades no tienen un poder ilimitado: están sujetas a actuar en el marco de la ley y la justicia. Si rebasan esos límites o llegan al poder por medio de la usurpación, los súbditos tienen el derecho de oponerse a ellos porque se trata de tiranos y no de gobernantes legítimos. Los sediciosos son quienes quieren hacerse del poder violando la ley. En consecuencia, los súbditos tienen la prerrogativa de enfrentarse a esos usurpadores para restablecer el orden alterado.

El derecho de resistencia es diferente, e incluso contrario a la revolución porque el primero restituye el orden legal violado por la autoridad, mientras que la segunda rompe el orden legal existente. Uno echa mano de la organización civil pacífica; la otra plantea la vía de las armas. El personaje más representativo de la resistencia civil es Gandhi, con su técnica satiagraha; el símbolo de la revolución es Lenin, con el método de "lucha armada".

En México quienes tradicionalmente recurrieron a la resistencia civil fueron los miembros del PAN. Por ese motivo sufrieron una sangrienta represión en la ciudad de León en 1946. Cuarenta y dos años después Manuel J. Clouthier llamó a la resistencia contra el fraude electoral. En aquella ocasión El Maquío pidió el recuento de votos: "La rotunda negativa del colegio (electoral) a la apertura de los paquetes demuestra dos grandes verdades: por una parte, la inutilidad de salvaguarda y custodia; y, por otra, que el propio gobierno sabe bien que el contenido de las actas de escrutinio no coincide con el cómputo correcto de los votos reales que están dentro de los paquetes tan celosa como vanamente custodiados. ¿Valdrá la pena negarse a la revisión de los paquetes a costa de la legitimación y autoridad moral del próximo gobierno?". Dos años antes los panistas resistieron con gallardía el fraude electoral en Chihuahua; en 1991 hicieron lo mismo en Guanajuato y San Luis Potosí.

Paradojas del destino, hoy son los perredistas los que toman la estafeta para pedir que se aclare lo sucedido en el más reciente evento electoral. Esa estrategia es aplicada, irónicamente, contra un gobierno y un candidato panista que, se cree, han sido afectados por el mismo mal que alguna vez ellos mismos combatieron.

Uno de los preceptos de la resistencia civil, como señala Norberto Bobbio, es que debe ser acompañada por un "trabajo constructivo"; o sea, por un conjunto de comportamientos ejemplares que muestren al adversario que no se pretende eliminarlo; el propósito es construir una forma de vida mejor para todos. La vía pacífica no trata de ofender al oponente, sino volverlo inofensivo; no contraponer a sus actos ilegales otros actos ilícitos, sino develar su falsedad para volverlo moralmente impotente. En lugar que proteja intereses creados, hacerle ver que es posible edificar un orden justo.

La tesis fundamental del derecho de resistencia se encuentra en las últimas líneas del libro de John Locke, Ensayo sobre el gobierno civil (1690): "Yo dejo al juicio imparcial de la historia sentenciar si los tumultos han tenido su origen en la temeridad del pueblo, en su deseo de liberarse de la autoridad legítima de sus gobernantes, con mayor o menor frecuencia que en la insolencia y osadía de esos gobernantes de ejercer un poder arbitrario sobre su pueblo, es decir, si ha sido la opresión o la desobediencia la iniciadora del desorden".

Curioso: quienes combatieron la opresión ahora invocan el valor del orden para mantenerse en el poder.


*Profesor del ITESM-CCM

¿En quién confiar?



¿En quién confiar?
Por Ernesto Villanueva*

Los saldos de las elecciones federales, en relación con los medios de comunicación y el ejercicio de las libertades de expresión y de reunión o manifestación, ponen de relieve que el estado de derecho y la ética periodística están a la deriva, en perjuicio de todos. Con ello lo que pasa es prolongar y exaltar la crispación social y la cultura de la desconfianza. Veamos.

Primero. Los presuntos ganadores de las elecciones iniciaron una campaña en los medios para estigmatizar la figura de AMLO y restringir así su derecho constitucional a expresar, con razón o sin ella, su punto de vista sobre la jornada electoral. Es evidente que las libertades de expresión y de reunión no son absolutas, deben armonizarse con otros derechos. Hasta ahora las expresiones de un sector importante de la sociedad se han conducido en el marco de la ley. Pero si no fuere el caso, no es con una campaña mediática negativa -y menos con cargo a los bolsillos de los contribuyentes y dirigida por el gobierno- como deben ser resueltas las cosas en una democracia, sino con la aplicación de las disposiciones legales.

Segundo. Se ha podido advertir cómo buena parte de los medios han abdicado de su función de informar en este proceso electoral y en el postelectoral con una dosis razonable de imparcialidad y contrastando posiciones. Así lo establecen los más elementales principios de la ética informativa en el mundo. Al contrario, de informadores se han convertido en jugadores. De reportar el hecho que, por su interés público, adquiere el rango de noticia atendiendo sólo a su valor noticioso o informativo, han pasado a crear agenda sin máscaras ni el mínimo pudor a favor o en contra de los principales candidatos. Pareciera que la manipulación del derecho a saber se ha convertido en un mal menor si se consigue el triunfo de su causa.

Tercero. Las instituciones encargadas de velar por la convivencia pacífica de los seres humanos en sociedad tampoco se han quedado atrás. La Presidencia de la República usa recursos públicos para satisfacer intereses privados mediante la compra de spots televisivos llegando a tales extremos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación debió intervenir para obligarla a detener tanto cinismo, desde el 24 de febrero de este año, aunque la propia Presidencia supo cómo darle la vuelta a este mandato judicial. Para documentar estos excesos, la más reciente encuesta publicada por Parametría indica que el 45% de los electores considera que no fue influido por los spots promocionales del Presidente; no obstante, ¡exactamente la misma cifra considera lo contrario! El IFE ha sido fiel a sí mismo. De árbitro imparcial pasó a convertirse en árbitro arbitrario y defensor de su candidato presidencial, como se ha documentado aquí en diversas oportunidades.

En una sociedad con profundas desigualdades económicas, educativas y culturales como la mexicana, se requiere procesar de una manera distinta las agudas diferencias de percepción y de criterio sobre la jornada comicial. Es necesario reformar y crear nuevas leyes que expresen la realidad política nueva del país, así como rediseñar el sistema electoral para que nunca vuelva a existir un clima de opinión de zozobra e incertidumbre para mal de México, como hoy se respira.


*Investigador del IIJ-UNAM

Primero las fuerzas de Tel Aviv les ordenan salir de sus casas y luego les lanzan misiles



Israel dispara contra convoy de libaneses desplazados en Taire

Por Robert Fisk en THE INDEPENDENT, reproducido por La Jornada.


Están en escuelas, en hospitales vacíos, en corredores y mezquitas, y en las calles. Refugiados musulmanes chiítas del sur de Líbano, obligados a salir de sus casas por los israelíes, llegan a Sidón por millares, son atendidos por musulmanes sunitas y luego enviados al norte para unirse a los 600 mil desplazados libaneses en Beirut. Más de 34 mil han pasado por aquí en estos cuatro días, una oleada de miseria y furia. Llevará años restañar sus heridas, y se necesitarán millones de dólares para reparar los daños a sus propiedades.

¿Y a quién pueden culpar de su éxodo? Este domingo, por segunda vez en ocho días, los israelíes cometieron un crimen de guerra. Ordenaron a los aldeanos de Taire, cerca de la frontera, salir de sus casas y luego -cuando el convoy de autos y minibuses avanzaba obedientemente hacia el norte- la fuerza aérea israelí lanzó un misil hacia el minibús que iba a la zaga; perecieron tres refugiados y 13 sufrieron heridas graves. Se cree que el cohete que les dio muerte era un Hellfire, fabricado por Lockheed Martin en Florida.

Hace nueve días, el ejército israelí ordenó salir de sus casas a los habitantes de un pueblo vecino, Marwaheen, y luego disparó cohetes hacia uno de los camiones que los transportaban; perecieron las mujeres y los niños que iban dentro. Y ésta es la misma fuerza aérea israelí que fue elogiada la semana pasada por uno de los más ardientes defensores de Israel, el profesor de Harvard, Alan Dershowitz, porque "se necesitan medidas extraordinarias para minimizar las bajas civiles".

Tampoco a Sidón la han perdonado los atacantes. En lo que queda de la mezquita Fátima Zahra, institución de Hezbollah en el centro de la ciudad, se ve una pila de escombros y muros aplastados; el alminar y el domo yacen en el suelo, todavía con una bandera negra ondeando en la punta. Cuando los aviones israelíes llegaron allí esta mañana, el velador, un anciano de 75 años, no tuvo tiempo de salir corriendo; horas después murió de las lesiones. Su silla de plástico blanco, volteada de lado, aún se ve junto a la puerta. Es improbable que esa mezquita tuviera uso militar: a un lado hay una escuela perteneciente a los Hariris, la poderosa familia sunita; jamás habrían permitido armas en el edificio.

No es que Hezbollah -que mató a dos civiles israelíes más este domingo con sus cohetes en Haifa- haya respetado a Sidón, cuya población es 95 por ciento sunita. La semana pasada trató de lanzar misiles de fabricación iraní hacia Israel desde el malecón y desde el rastro de la ciudad. En ambas ocasiones los pobladores lo impidieron por la fuerza.

La multimillonaria Fundación Hariri -creada por el ex primer ministro Rafiq Hariri, asesinado el año pasado- ha ayudado a 24 mil refugiados chiítas a salir del sur y trasladarse a Beirut, pero no siempre su generosidad ha sido recibida con agrado. Unos refugiados en una escuela técnica de Meheniyeh insultaron y dieron de puñetazos a trabajadores de la fundación. En otras partes las familias que huyen han maldecido a los empleados.

"Nos dicen que trabajamos para los estadunidenses y que por eso los sacamos de su tierra", señala Ghena Hariri, sobrina de Rafiq y egresada de Georgetown. "Es algo que seca nuestra energía. Trabajamos 24 horas y al final del día nos maldicen. Pero me dan mucha pena; ahora los israelíes les dicen que salgan de sus pueblos a pie y tienen que caminar docenas de kilómetros con este calor."

No es difícil ver cómo dañará esta guerra el delicado tejido sectario que existe en Líbano. Un grupo de familias chiítas -albergadas en una escuela de las montañas drusas del Chouf- trató de poner banderas amarillas de Hezbollah en el techo y miembros del Partido Popular Socialista Druzo de Salid Jumblatt tuvieron que rasgarlas en jirones. Ese acto tal vez salvó la vida de los refugiados.

Con todo, muchos de los chiítas de este bello puerto de la época de las cruzadas han descubierto lo gentiles que pueden ser sus vecinos sunitas. "Aquí estamos, ¿adónde más podríamos ir?", pregunta Nazek Kadnah, sentada en un rincón de una mezquita que Rafiq Hariri construyó en honor a su padre, Haj Baha'udin Hariri. "Pero nos cuidaron aquí como si fuéramos sus hermanos y hermanas y ahora estamos seguros."

Estos sentimientos provocan algunas preguntas sombrías. ¿Por qué, por ejemplo, estas infortunadas personas no pueden recibir de Tony Blair la misma compasión que supuestamente sintió por los musulmanes de Kosovo cuando los serbios los expulsaron de sus hogares? Estos miles de libaneses están tan aterrorizados y privados de un hogar como los albaneses de Kosovo, por quienes Blair decía estar librando una guerra moral. Pero para los musulmanes chiítas que se refugian en Sidón no hay tal postura moral ni sugerencia alguna de cese del fuego por parte de Blair, quien se ha alineado con los israelíes y los estadunidenses.

¿Y cuál es exactamente el propósito de sacar a más de medio millón de personas de sus hogares? Muchos de estos infelices están sentados apretando en la mano las llaves de su casa, como hacían los palestinos de Galilea cuando llegaron a Líbano hace 58 años para pasar como refugiados el resto de su vida. Sí, es probable que los musulmanes chiítas de Líbano vuelvan a su casa. Pero, ¿qué encontrarán? ¿Una guerra entre Hezbollah y alguna fuerza occidental de intervención? ¿O más bombardeos israelíes?

Inocentes siguen muriendo

Los refugiados de Sidón disponen ahora de 36 escuelas para albergarse... pero ellos son los afortunados. En todo el sur de Líbano continúan muriendo inocentes. Uno fue un niño de ocho años que pereció en un ataque aéreo israelí en una aldea cercana a Tiro. En esta última ciudad, otros ocho civiles resultaron heridos cuando un misil israelí impactó un vehículo afuera del hospital Najem. Y por la mañana de este domingo, una periodista libanesa, Layal Nejib, reportera gráfica de la revista Al-Jaras, cuyas imágenes eran difundidas también por la Agencia France Press, murió en un taxi durante un ataque aéreo israelí cerca de Qana, el mismo poblado donde 106 civiles fueron masacrados en una base de la ONU por proyectiles de artillería israelíes en 1996. Tenía apenas 23 años.

En su casa de muros de mármol, en la parte alta de Sidón, Bahia Hariri -parlamentaria local, madre de Ghena y hermana del primer ministro asesinado- se sienta con rostro severo; apenas si puede controlar la rabia. "Estamos en esta situación terrible, pero no tenemos ninguna salida -comenta-. Rafiq Hariri ya no está con nosotros. La comunidad internacional no está con nosotros. ¿Quién está con nosotros? Dios. Y los libaneses viejos. Y el mundo árabe; esperamos que nos ayude. La única resistencia que podemos mostrar es ser un país unido. Pero tenemos escaso margen para soñar."

© The Independent
Traducción: Jorge Anaya

Sunday, July 23, 2006

La imposición de la democracia


La imposición de la democracia
Por Jorge Zepeda Patterson*

Según GEA, la empresa encuestadora, más de la mitad de los mexicanos considera que las elecciones fueron legítimas (53%). El problema es que otro 37% cree que Felipe Calderón ganó gracias a un fraude (los resultados pueden consultarse en www.unafuente.com ). Más allá de las simpatías o las antipatías por uno u otro candidato, ese es el saldo rojo que dejan los comicios: estamos mucho más atrás de lo que creíamos. Un tercio de la ciudadanía no tiene confianza en las instituciones electorales (y en las otras, todavía menos).

A juzgar por la violencia verbal, la confrontación ha salido ya del ámbito de los políticos profesionales y ha entrado en nuestras casas, escuelas y oficinas. Todos hemos sido testigos o protagonistas de discusiones entre parientes, colegas y amigos. Muchos de los que engrosan el 37% no sólo están inconformes con el IFE, sino también con todos aquellos que les regatean su derecho a inconformarse. Del otro lado, algunos de los que forman el 53% francamente están furiosos por la terquedad de los "renegados". No pueden entender que persistan en una protesta "irracional", luego de una jornada electoral caracterizada por la participación ciudadana.

Los mexicanos estamos divididos, lo cual en principio no debería consternarnos. La diferencia de pareceres es consustancial con un sistema democrático en el que existe competencia política y diversos programas y opciones ideológicas. Lo que sí debería preocuparnos es nuestra incapacidad para asumir las diferencias y el hecho de que las estemos procesando con tanta hostilidad.

Desde el primer instante "los ganadores" satanizaron a los "perdedores", calificándolos de irresponsables y revoltosos por atreverse a impugnar los resultados y recurrir a movilizaciones para expresar su descontento. A juzgar por los adjetivos de los panistas, podría pensarse que los perredistas han incendiado la pradera.

Por su parte, los "perdedores" tampoco han sido precisamente amables con los "ganadores", con el IFE o con el Presidente. Las presuntas irregularidades se convirtieron en fraude masivo, las autoridades en traidores de la democracia y Felipe Calderón terminó siendo "Fecal".

Nuestra incapacidad para entender las razones "del otro" nos ha dejado inmersos en una guerra de adjetivos de odio. La simplicidad de la caricatura y el prejuicio sustituye la necesidad del razonamiento. El prejuicio es una evaluación negativa de aquellos grupos sociales que no aceptan nuestra postura.

Asumiendo sin conceder que Calderón haya ganado las elecciones (eso lo dirá el tribunal), muchos se preguntan qué va a pasar con los perdedores. A mí más bien me inquieta lo que vayan a hacer los presuntos ganadores. Muchos de los panistas creen que el haber superado por cinco milésimas a sus rivales les otorga todos los derechos de ser mayoría, pero sin ninguna de las responsabilidades. La clave de la democracia no está en el ejercicio de los intereses de la mayoría, esos vienen de suyo, sino en la manera en que aborda los intereses de las minorías y el respeto a las expresiones de su descontento.

A los panistas les parece que el hecho de que los perredistas no confíen en el IFE es muestra palpable de su perfidia e irresponsabilidad. Sin embargo, el que un tercio de los mexicanos impugne a las instituciones podría ser un síntoma de la falta de imparcialidad y profesionalismo de las mismas. Ciertamente son mejores que hace 10 años, pero está claro que todavía no alcanzan la suficiente madurez, ni gozan de un consenso general, requisito indispensable para fungir como árbitro universal.

Se habla del respeto a las instituciones como un precepto dogmático o religioso, como si las instituciones no estuvieran conformadas por personas con una predeterminada visión del mundo. Se habla de la ley y la justicia como si no viviésemos en una sociedad desigual en la que los tribunales suelen beneficiar al poderoso en detrimento del que tiene menos.

Se habla de respetar lo que dice el IFE, como si el PRI y el PAN no hubiesen marginado al PRD de la designación del consejo directivo hace tres años, convirtiéndolo, desde el inicio, en un árbitro cuestionado. Se habla de respeto al resultado de la contienda, como si no hubiese sido una competencia en que los poderes fácticos apoyaron a un candidato en perjuicio de otro.

Dice Kofi Annan, secretario general de la ONU, que "el discurso que argumenta que la paz es el status quo y la violencia es el disentir con ese status quo, sirve para demonizar a los opositores políticos, para estrangular la libertad de expresión y para deslegitimar las protestas políticas".

El ciclo de la violencia suele ser una profecía autocumplida. Calificar de renegados a los perredistas por recurrir a tribunales o por manifestarse, es en sí mismo violento e intolerante. "Lo que estás haciendo es amenazante para mí y lo llamo violencia. Si no obedeces las reglas que te impongo, o la manera en que yo interpreto las reglas, no eres democrático".

Ser diferente se convierte en un acto de rebelión.

Muchos dirán que la culpa de todo esto la tiene López Obrador y su radicalismo "irresponsable", incapaz de reconocer otro resultado que no sea su victoria. Sin embargo, el asunto es que 15 millones votaron por él y muchos comparten su punto de vista sobre el fraude.

Como diría Monsiváis, asumir que todos son títeres o peones, es el principio de un pensamiento totalitario, incapaz de reconocer el derecho de otros a pensar diferente.

Muchos creen que todo esto se reduce a la cuestión de si AMLO reconocerá el fallo del tribunal electoral; es decir, "si acatará el resultado democrático". En cambio, a mí me parece que la cuestión habrá de resolverse, para bien o para mal, por la forma en que los panistas y autoridades entiendan la democracia. La única democracia posible es aquella que no puede imponerse.



*Economista y sociólogo

El mago de San Petersburgo


El mago de San Petersburgo
Por Carlos Monsiváis

Por oposición o contraste, al presidente Vicente Fox se le debe un amor a la lógica, a los criterios de realidad, al uso responsable de las palabras. Cuando algo excepcional es comprobable, lo que dice, lo expresa en tal forma que parece decir lo contrario o lo mismo pero 10 años antes o 10 años después. Tal "estilo personal de perorar" podría ser consecuencia folclórica de una mala elección de candidato en el año 2000, pero a ratos el pintoresquismo da paso a la desolación.

Según NotieSe (18 de julio de 2006), en San Petersburgo, Rusia (información de cierta utilidad para don Vicente), en un encuentro con el Grupo de los Cinco (G-5, integrado por China, India, Brasil, México y Sudáfrica) en torno de las propuestas de salud que se presentarán al Grupo de los Ocho, Fox declaró: "En México, el combate a la epidemia de VIH/sida ha sido un éxito al grado que no sólo no está prosperando la enfermedad en México, sino incluso (se está) reduciendo. El control de las enfermedades infecciosas no sólo es responsabilidad y lucha del sector Salud, sino que deben estar involucrados todos los actores, principalmente los actores sociales y privados... Es un caso más o menos único en el mundo, el sistema público a través del cual México paga el total del tratamiento de todas las personas que tienen VIH/sida". Así sea por los ciclos de los ciclos.

¿Miente Fox? Jamás diría eso de un presidente de la República, don Vicente se limita a distanciarse escrupulosamente de la verdad en temas tan diversos como el proceso electoral, el empleo, la migración, la contaminación, la cultura y la salud. Para comenzar, en el caso del sida es muy amplio el subregistro de los infectados que alcanza de 10 a 20% en las zonas urbanas y es todavía mayor en el ámbito rural. De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida) hasta ahora viven con la enfermedad 182 mil personas de las cuales sólo alrededor de 30 mil reciben medicación antirretroviral. ("El caso único en el mundo" sufre una merma de 152 mil excepciones). Además, y pese a la precariedad del registro, se contabilizaron en 2005, 8 mil 720 nuevos casos de sida en México.

De la verdad de Fox a la verdad a secas

(No tan presidencial, pero bastante más apegada a los hechos)

¿Para qué jactarse de gobernar el país que es "caso más o menos único en el mundo"? Si se iguala este tema con otros abordados por Fox, él y nada más él ha disminuido en 35 en 15% la pobreza en México, él conduce la mejor democracia a la vista, él protege a todos y a los demás que el término todos no incluya. No exagero porque la exageración en el caso de don Vicente, por ardua que sea, es siempre una lección de modestia. Si la educación en México, lo ha dicho, causa asombro en América Latina; si ya podemos echar las campanas al vuelo porque el Congreso estadounidense influido por Fox ha resuelto de una vez por todas el problema de los migrantes, ¿por qué no decir que México paga el total del tratamiento de todas las personas que tienen VIH/sida?

Letra S , suplemento de La Jornada , maneja otros datos o expone otros hechos. Entre ellos: la fantasía de que están reduciendo las infecciones de VIH es patrimonio exclusivo de don Vicente. Ninguna de las instituciones encargadas de la pandemia (Conasida, Censida y la Secretaría de Salud) afirma lo mismo, y más bien se manejan cifras dramáticas. Sí ha disminuido el número de casos notificados de sida, pero el número de diagnósticos de personas con VIH se ha incrementado, en un promedio de 4 mil al año. Lo más arduo de aceptar es el horizonte de la ignorancia: la gran mayoría de las personas con VIH no sabe que están infectadas. ¿Y cómo se controla una enfermedad cuya magnitud se ignora?

Sí crece el acceso, insiste el informe de Letra S, al tratamiento antirretroviral, que aumenta los años y la calidad de vida de los afectados. Esto, sin embargo, no es un logro de los gobiernos que han cumplido a regañadientes su obligación constitucional (con un grave retroceso moralista de la Secretaría de Salud: en la época del doctor Jesús Kumate), sino de los activistas y las organizaciones que por años han insistido en este derecho. Fox, el genuino "Mago de San Petersburgo", se envanece de este proceso como "caso más o menos único", y no se entera de que Onusida sitúa a México en el mismo nivel que los programas de Argentina, Chile, Cuba, Uruguay y Venezuela. Pero si Fox admite lo anterior, ¿cómo proseguir con su candidatura a Presidente de la República de la que ya nunca desistirá? Si la idea de la invención de estadísticas es jocosa a pesar suyo, la realidad que la sustenta es patética. Y no se olvide que Brasil, país del que todavía no ha sido presidente don Vicente Fox, cubre en su programa de medicación anti-VIH a más de 170 mil personas, no las 30 mil que en México la reciben.

"Me quitan ahora mismo todas las estadísticas negativas para que pueda improvisar datos y certezas a gusto".

En el ya agonizante sexenio de Fox, que será recordado por la decepción y las frustraciones y la indignación que le aportó al imaginario nacional, se aletargan los recursos públicos destinados a la prevención del sida. "Ahorrar es prevenir", diría Fox si supiera algo de la técnica del refranero. La ONU recomienda dedicar 50% del presupuesto global contra la epidemia a acciones preventivas, pero el gobierno de México invierte lo mínimo en este rubro: un promedio de 10 millones de pesos anuales de un total de 360 millones para tratamientos, atención médica y burocracia. (De nuevo, datos de Letra S). Los adelantos siempre se acompañan de paréntesis trituradores. Luego de cinco años de presiones de ONG, el Congreso autoriza, sólo para prevención en 2006, un presupuesto de cien millones de pesos. No obstante, Hacienda, tan hermosa ella y tan neoliberal, se tarda seis meses en liberar los recursos, lo que dificulta su ejercicio.

¿Por qué la jactancia de Fox en San Petersburgo? Porque, ya se ha visto, él sólo puede expresarse a través de: a) anuncios de milagros a su cargo; b) regaños a los renegados que lo contradicen o cree que lo contradicen o le han dicho que le contradicen; c) pasión por los coloquialismos que hicieron época; d) demostraciones de saber aplazado o inencontrable a propósito de todos los temas. Y en los campos de la salud, la educación, la pobreza y los procesos electorales, por ejemplo, la displicencia y las ensoñaciones de Fox resultan particularmente lesivas, en el filo de la navaja entre el despliegue del desconocimiento (¡y es Presidente de la República!) y el franco choteo. ¿Cómo puede envanecerse de su hazaña (inexistente) a propósito de la enfermedad que ya dispone de 50 millones de casos en el mundo? ¿Cómo sostener que la política de salud en México frente al sida es "un caso más o menos único en el mundo"?

Las mujeres de los migrantes continúan infectándose por el machismo letal de sus compañeros; la oposición al condón de la derecha y los clérigos auspicia la irresponsabilidad de los creyentes, y la irresponsabilidad desempeña su papel fatídico. A estas alturas, faltan las grandes campañas de prevención y sensibilización, demasiadas familias y muchísimas personas siguen creyendo que el sida es "una maldición de Dios", y así haya disminuido grandemente el menosprecio a los enfermos sobre todo en la capital, en las regiones persiste porque se ha "homosexualizado" el padecimiento y el prejuicio es el cerco moralista de los enfermos. Todo esto es política de salud, sociología, lucha presupuestal, es decir, aquello que no le atañe a Vicente Fox, envuelto en su vanagloria.

Odio engendra Odio


Se intensifica el conflicto entre Israel y Líbano*

Ayer sábado, luego de nueve días de bombardeos, las tropas israelíes invadieron Líbano. Previamente, la artillería israelí atacó edificios en ciudades libanesas y la aviación destruyó con cohetes instalaciones de comunicaciones. Se trata de acciones desproporcionadas que parecen estar diseñadas para arrasar con pueblos enteros y no para neutralizar a los grupos terroristas palestinos y libaneses, como ha justificado Tel Aviv, o para provocar una conflagración mayor en la zona. No hay que olvidar que hace unas semanas Israel abrió un frente en Gaza, supuestamente también para acabar con células terroristas. Sin embargo, los que sufren son los pobladores: miles de ellos huyen y los muertos civiles se cuentan por cientos. Las agresiones, por otro lado, agitan el avispero del Medio Oriente.

El conflicto en Líbano comenzó hace 10 días cuando fuerzas especiales israelíes secuestraron a un médico y su hermano de su casa en la franja de Gaza, presuntamente por pertenecer a la dirigencia de Hezbollah; un día después, efectivos de ese grupo guerrillero entraron en territorio israelí, lanzaron cohetes contra ciudades, mataron a tres soldados y se llevaron a dos.

En represalia, Israel bombardeó importantes zonas del sur de Líbano y la capital, Beirut, conocida en otra época como el paraíso del Medio Oriente. La destrucción ha sido enorme y la gente huye por miles, hacia Siria principalmente. Las autoridades hablan de 65 mil personas, pero el Comité Internacional de la Cruz Roja aseguró que miles más se desplazan hacia otras zonas "y es difícil seguirles la pista", dijo un vocero de la organización humanitaria.

Las bajas han sido considerables. El gobierno libanés aseguró que el número de fallecidos desde que comenzaron los bombardeos israelíes asciende a 350 personas y que un tercio de ellas son menores de edad. Entre los muertos por la ofensiva israelí figuran 23 oficiales y soldados del Ejército libanés, y el resto (337) son civiles. Señaló además que las fuerzas israelíes han matado a casi 100 milicianos de Hezbollah y que, del lado israelí, se han producido al menos 34 bajas.

Se trata, pues, de un conflicto entre dos fuerzas asimétricas ­3 mil 657 tanques, 402 aviones, 125 mil soldados y tres submarinos de Israel contra 310 tanques, seis aviones y 70 mil efectivos de Líbano­ que está generando una catástrofe humanitaria de grandes proporciones, dada la enorme diferencia entre los dos ejércitos, ante la pasividad casi total de la comunidad internacional.

En este sentido, el conflicto también es asimétrico. Washington no sólo tiene una gran responsabilidad en este conflicto sino que lo alienta, al aprobar las acciones excesivas del gobierno israelí y al mantener el arsenal de ese país renovado y actualizado con lo último en tecnología bélica.

La Unión Europea se limita a condenar tibiamente los excesos israelíes y la ONU, atada de manos por Estados Unidos, que ha rechazado varios planes del organismo internacional para hacer frente a la crisis, se restringe a patéticos llamados a la cordura. En el mundo árabe las posiciones están encontradas, entre la neutralidad forzada de los países que tienen cercanos vínculos con Washington, como Jordania, dominado por sunitas, y los que toman posturas más radicales, como Irán, con mayoría chiíta, que ha llamado a la "guerra santa"*(2) contra Estados Unidos e Israel.

La ofensiva de Israel en Líbano, la invasión del país, la destrucción de infraestructura vital con miles de toneladas de explosivos y la matanza de civiles es, sin duda, un crimen. Y es que tal demostración de fuerza es injustificable; no es posible que el gobierno de Israel pretenda acabar con células terroristas arrasando con poblaciones enteras. Por el contrario, con toda seguridad, las acciones bélicas israelíes generarán condiciones ideales para el nacimiento de nuevos terroristas. La postura irracional de Israel amenaza con incendiar toda la región, lo cual traería dolor a miles de personas y sería catastrófico para el mundo.

*Editorial del periódico “La Jornada”
*(2)Las comillas son mias.

Calderón: síntomas delicados


Calderón: síntomas delicados
Jorge Carrasco Araizaga

Amargo ha resultado el conteo favorable del IFE para Felipe Calderón. Su alegado triunfo en la elección presidencial, hasta ahora administrativo, ha comenzado a erosionarse o, por lo menos, a ser tomado con prudencia por algunos de quienes fueron sus principales promotores.

Los grupos empresariales, que a los pocos días de la jornada electoral urgían a reconocer los resultados del Instituto Federal Electoral (IFE), empiezan a guardar el triunfalismo para mejor ocasión y a querer presentarse como equidistantes en la disputa electoral.

Sabedores que el Tribunal Electoral puede anular los comicios presidenciales si se acredita que hubo graves irregularidades durante el proceso, incluido el proselitismo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) a favor de Calderón, algunos organismos patronales ponderan incluso el escenario de la presidencia interina.

Y aunque mantienen sus críticas al candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, en el sindicato de los empresarios, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), saben que la impugnada ventaja de Calderón no es definitiva.

Así se mantendrá en las próximas semanas hasta que, a más tardar el miércoles 6 de septiembre, la justicia electoral valide el proceso y declare a uno de los dos candidatos presidente electo. Pero también puede ser que no haga esa declaratoria y obligue a la designación de un presidente interino.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no sólo resolverá las 364 impugnaciones presentadas por el PAN y la coalición Por el Bien de Todos, sino que después de esa tarea, para la que tiene hasta el 31 de agosto, establecerá si hubo factores, legales o ilegales, que determinaron el resultado de la votación, de apenas 0.58% por ciento a favor de Calderón.

Serán semanas difíciles también para López Obrador, que seguirá sometido al desprestigio mediático por sus movilizaciones y sus anunciadas pero no especificadas acciones de resistencia civil.

Pero quien más puede perder es Calderón. Mientras López Obrador seguirá siendo estigmatizado como un “peligro para México”, el candidato del PAN podría acabar sacrificado. Y algunos síntomas podrían estarse revelando.

Si bien el pasado jueves, la Coparmex –organismo integrante del CCE– a través de su membrete Sociedad en Movimiento, convocó a la prensa para respaldar al IFE y, una vez más, desacreditar a López Obrador, también dejó entrever que se está preparando para una posible anulación de la elección presidencial. Se refirió a un posible “desenlace” en el que la votación del 2 de julio pudiera ser anulada.

“Este o cualquier otro desenlace jurídico debe ser, en todo caso, el producto de la decisión libre y razonada de los magistrados (del Tribunal Electoral), y no el fruto de presión política y de las amenazas a la estabilidad social y económica del país.”Así, aunque se trata de una abierta crítica a López Obrador por su convocatoria a la movilización social y a la resistencia civil, el sindicato patronal considera que el triunfo de Calderón difícilmente se sostendrá en los términos que lo estableció el IFE como autoridad administrativa.

Otro aparente síntoma delicado para el anunciado triunfo calderonista lo dio el viernes pasado el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), también integrante del CCE, León Kalkin. Luego de una semana de conversaciones de los empresarios con el secretario de Gobernación, Carlos María Abascal, el representante de los industriales abrió el viernes la posibilidad al triunfo de López Obrador por decisión del TEPJF.

Al final habrá un ganador y un perdedor. Si es el PRD (el vencedor), bienvenido”, declaró. Aunque no pasa de la retórica, el discurso de los industriales está lejos de reivindicar el triunfo de su candidato. Lo hacen por mera prudencia política, pues no pueden hacer lo que tanto critican: adelantarse al fallo del Tribunal.

Pero resulta sintomático que en la cúpula empresarial, al menos en el discurso, se admita que se puede revertir el impugnado triunfo de Calderón. La Coparmex, incluso, dejó en claro que está viendo más allá de la anulación, y ha empezado a llamar al “diálogo incluyente” que se traduzca en “acuerdos básicos para garantizar la gobernabilidad del país”.Y la gobernabilidad, lo saben, no se puede construir con un dudoso 0.58% de ventaja. De no ampliarse con claridad esa ventaja, muy a su pesar seguiría el abandono y sacrificio de su candidato.

Saturday, July 22, 2006

Notas desde el Zócalo


Notas desde el Zócalo.
Por Sergio Pitol y Carlos Monsiváis

La Gente. Desde hace tiempo, y aún más notoriamente ahora, cada vez que alguien se refiere a La Gente eleva su generalización: "La Gente está contenta, la Gente está indignada, la Gente anda muy triste, la Gente no se va a dejar". De hecho, el o la que describe está hablando siempre en primera persona. Hoy, La Gente es sinónimo del Yo y esta operación donde lo colectivo apenas enmascara lo individual es propia del Tiempo donde el egoísmo a ultranza no funciona y la tradición insiste en el egoísmo.

Por eso, hoy, aquí, quienes desean expresar sus sentimientos y sus pensamientos se los atribuyen a La Gente. Nosotros, por ejemplo, advertimos que La Gente está indignada, alegre, informada y muy decidida.

Ellos -y en pos de la ruta lógica de don Vicente Fox, cuando decimos ellos no nos referimos a nosotros- se han autorretratado a la perfección en su campaña desde el odio en favor del miedo, y sus rasgos delatan la ideología ampliada por la mercadotecnia y centrada en el abuso de poder, el conservadurismo y la proclamación de lo muy necesario de la desigualdad.

Las causas que funcionan sólo a corto plazo son apenas y en rigor promociones publicitarias o desahogos emotivos. La batalla por la democracia es una causa permanente que en este caso pasa por la defensa del voto y de los votantes, de todos los que acudimos el 2 de julio sin excepción. Nuestra causa a corto, mediano y largo plazos es la construcción de la democracia, de la que forman parte esta marcha y esta concentración.

Los patrocinadores del fraude hormiga, los que desataron -y a nombre de la libertad de expresión, nada menos- la campaña de "López Obrador, un peligro para México" exhiben también su mentalidad clasista: si un candidato presidencial es "un peligro para México" lo son también los que deciden votar por él en números tan elevados. Se ha recurrido al desprecio como técnica de entendimiento del país, y al declararse implícita y explícitamente a un gran sector "peligro para México" se ha promovido o "inaugurado" la polarización. No obstante, más que de un país dividido debe hablarse de una mayoría en los alrededores de la concentración extrema de la riqueza.

Por eso el proceso electoral se ha encarecido en forma tan desproporcionada, y por eso la derecha festejaría si coloca a la democracia en la Bolsa de Valores. Esta es la gran disputa: democracia al alcance de todos o democracia (o como quiera llamársele) a precio de oro, con maniobreo incansable adjunto. Al respecto, una propuesta utópica: que en un futuro próximo el salario mínimo de cada trabajador en México sea el sueldo actual del presidente del Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde.

En política, lo contrario del odio no es el amor, sentimiento nobilísimo que, fuera de las fechas sagradas del consumismo, no encuentra su sitio en el mercado. Lo contrario del odio es el ejercicio sistemático de la razón.

También, el desgaste del adversario es siempre un arma de dos filos. El que tiene el poder en sus manos dirige todas sus acciones hacia ese fin. El desgaste del adversario suele producirse, pero el manipulador pierde en la esfera la oportunidad de gobernar. Es un cazador (con todo el tiempo mental invertido en su propósito) y no un gobernante.

Cuando decimos "la derecha" no calificamos de modo alguno a todos los votantes de Felipe Calderón ni los equiparamos con los devotos de El Yunque y agrupaciones similares, así, en su forma más beligerante, esta derecha haya sido el núcleo activador y el club de campaña. No nos toca indagar las razones del voto de los adversarios y sí respetarlas, y esta misma actitud percibimos en los votantes de Andrés Manuel López Obrador y la coalición Por el Bien de Todos.

Por eso sorprende la agresividad enorme de la andanada poselectoral del sector de Calderón, que en Internet, el Agora de la República, no sólo y previsiblemente se obstina en el linchamiento del candidato, sino también menosprecia con gran alborozo a muchos millones de mexicanos y sus exigencias justas.

¿De veras creen que el choteo barato y la difamación disipan las dudas sobre el recuento de votos?

No queremos, no necesitamos, no le concedemos un sitio a la violencia. En 2005 con el intento patético del desafuero y en 2006 con la exigencia de la rendición de AMLO la violencia ha sido la actitud y el instrumento de la derecha, una violencia ideológica, de mentiras y compra de voluntades, y calumnias y mentiras grotescas, y difamaciones y fraudes hormiga. De este lado hay respuestas críticas, a veces ideológicamente desmesuradas o francamente necias, pero que en su conjunto no equivalen en virulencia y alcances mediáticos al menos oído o visto de los espots radiofónicos y televisivos del PAN y el empresariado.

Cientos o miles de millones de pesos invertidos en retener oprobiosamente el poder exhiben la violencia del gran capital sobre la ciudadanía.

Si el dinero a raudales decide quién gobierna, el gobierno que llega obedecerá al dinero a raudales. Si así han querido ganar, así inevitablemente querrán gobernar. Tanto gastan, tanto han de recuperar con creces. Mentir para imponerse es ignorar en definitiva la ubicación de la verdad.

¿Tiene sentido separar legalidad de legitimidad? Si esto se discute ahora es porque la legalidad está usurpada o programada por computadora, y porque la legitimidad es el gran espacio de confirmación de los valores de la República laica.

Señala el día de hoy en un brillante artículo Rolando Cordera Campos:
Fortalecer las instituciones sin pensar ni registrar la existencia del pueblo y su necesidad ingente de organización es bordar en el vacío, hacer de la política juego de salón, y del poder coto privado de los herederos de una riqueza nunca bien habida.

La emergencia de estos días obliga, en primer lugar, a la defensa del voto y los votantes. A partir de allí, sectores vastos de la sociedad mexicana -y ésta no es profecía sino comprobación diaria- seguirán en la movilización crítica si quieren que su acción contestataria perdure. La campaña de 2006 no admitió o no permitió el debate sobre los problemas y las tragedias ecológicas, las catástrofes educativas, las posibilidades del empleo, la inseguridad social, el racismo antindígena, el sexismo, la condición salarial en el país, la intolerancia religiosa, la homofobia, la impunidad de la clase política y del gran capital. Esto no se pospone indefinidamente, pero sí se jerarquiza porque hoy lo que corresponde es "voto por voto, casilla por casilla".

Si esta causa fuese únicamente política su significado sería localizable en demasía, pero las movilizaciones provienen también de una certeza ética y moral, y esto explica su continuidad razonada y pacífica. No minimizamos ni magnificamos los errores de nuestro proceso, pero -hoy, 16 de julio de 2006- esta presencia multitudinaria, que representa a millones de votantes, surge de la necesidad de cambios profundos que correspondan al desarrollo civilizatorio que merecemos. No presumimos del monopolio de la verdad, pero sí ratificamos las demandas jurídicas y la argumentación moral. Por lo demás, se atestigua a diario el aforismo de Jerzy Lec: "La dispensación de la injusticia está siempre en las manos adecuadas". No abandonemos nuestros votos en la fosa común de la resignación o la apatía. Voto por voto y casilla por casilla.

* Leído (con cortes obligados por el tiempo a la disposición) en el Zócalo, en la segunda asamblea informativa de la coalición Por el Bien de Todos

Los Mandamientos del Consumismo



Mandamientos del consumismo
Por Frei Betto*
La publicitad nos rodea por todas partes ­en la calle, en las revistas y periódicos- y nos fuerza a ser más consumidores que ciudadanos. Hoy todo se reduce a una cuestión de marketing. Una empresa de alimentos genéticamente modificados puede comprometer la salud de millones de personas. No tiene la menor importancia, si una buena maquinaria publicitaria es capaz de lograr que la marca sea bien aceptada entre los consumidores.
Eso vale igualmente para la soda que descalcifica los huesos, corroe la dentadura, engorda y crea dependencia. Al beberla, un grupo de jóvenes exultantes sugiere que, en el líquido burbujeante, se encuentra el elixir de la suprema felicidad.
La sociedad de consumo es religiosa en sentido contrario. Casi no hay anuncio publicitario que no deje de valorar uno de los siete pecados capitales: soberbia, envidia, ira, pereza, lujuria, gula y avaricia. Capital significa cabeza. Mi hermano Santo Tomás de Aquino (1225-1274) enseña que son capitales los pecados que nos hacen perder la cabeza y de los cuales se derivan numerosos males.
La soberbia se hace presente en la publicidad que exalta el ego, como el feliz propietario de un vehículo de líneas vanguardistas o el portador de una tarjeta de crédito que funciona cual llave capaz de abrir todas las puertas del deseo. La envidia hace que los jóvenes discutan sobre cuál de subfamilias tiene el mejor vehículo.
La ira caracteriza al japonés rompiendo el televisor por no haber adquirido algo de mayor calidad. La pereza está a un paso de esas sandalias que invitan a un paseo entre piedras o abren las puertas de la fama con derecho a una confortable casa con piscina.
La avaricia reina en todas las economías y en el estímulo a los premios de talonarios de ventas a plazos. La gula, en los productos alimenticios y en las comiderías que ofrecen mucho colesterol en bocadillos piramidales.
La lujuria, en la asociación entre la mercancía y las fantasías eróticas: la cerveza espumosa identificada con mujeres que exhiben sus cuerpos en minúsculos biquinis.
Los cinco mandamientos de la era del consumo son:
1º) Adorar el mercado sobre todas las cosas. Todo se vende o se cambia: objetos, cargos públicos, influencias, ideas, etc. En economías arcaicas, aún presentes en regiones de América Latina, el compartir los bienes materiales y simbólicos aseguraba la sobrevivencia humana. Ahora al valor de uso se sobrepone el valor de cambio. Es preferible dejar perderse los alimentos cuyos precios exigidos por los productores dejan de ofrecer el mismo margen de ganancia. Según el mercado, perecen los seres humanos pero se aseguran los precios.
2º) No profanar la moneda, desestabilizándola. Dicen que antiguamente los pueblos indígenas sacrificaban vidas humanas para aplacar la ira de los dioses. ¿Abominable? No tanto. El ritual prosigue; lo que cambó fueron solamente los métodos. En 1985 el Nacional, uno de los mayores bancos brasileños, comenzó a hundirse. Durante diez años, gracias a operaciones fraudulentas, el Nacional consiguió sacar miles de millones de dólares del Banco Central. En octubre de 1995 el gobierno de Cardoso creó por decreto el Proer -un programa de socorro para bancos en dificultades. Pero en aquel momento sólo fue favorecido un banco: el Nacional, con el equivalente a seis mil millones de dólares.
3º) No pecar contra la globalización. Gracias a las nuevas tecnologías de comunicación el mundo se transformó en una pequeña aldea. De hecho el Planeta quedó pequeño ante las inconmensurables ambiciones de las corporaciones trasnacionales. ¿Por qué van a invertir en la protección del medio ambiente si eso no aumenta el valor de las acciones en la Bolsa?
4º) Ambicionar los bienes estatales y públicos en defensa de la privatización. Si no es el bien común el valor prioritario, sino el lucro, privatícese todo: salud, educación, autopistas, playas, selvas, etc. Privatizar es estrechar la pirámide de la desigualdad social. Las ganancias son apropiadas por una minoría, y los perjuicios -el desempleo y la miseria- socializados. Cuanto menos servicios públicos, mayor la parcela de población excluida del acceso a los servicios pagados.
Antes de la ganga de Usiminas, una de las mayores siderúrgicas brasileñas, la Nippon suscribió un 14% del capital de la empresa. Cuando se dio el aumento del capital de Usiminas, la Nippon no se interesó, lo que redujo su participación accionaria al 4.8%. Iniciado el proceso de privatización, las acciones de Usiminas se revalorizaron y la empresa japonesa obtuvo el privilegio de recuperar su participación original pagando 39.79 dólares por cada lote de mil acciones, cuando en la Bolsa su cotización ya había alcanzado 523.90 dólares. La Nippon obtuvo una ganancia del 1.340%.
El patrimonio de Usiminas valía 12 mil millones de dólares; fue vendido en mil 65 millones. Y nadie fue a parar a una cárcel por este asalto al patrimonio nacional. Con lo que se recaudó por la subasta de Usiminas, el 73.3% fueron pagados con "dinero basura" y el 26.4% con Certificados de Privatización. Papeles de colores. En dinero contante entraron apenas mil quinientos dólares, la mitad del precio de un carrito "popular", sin usura.
5º) Dar culto a los sagrados objetos de consumo. Recorrimos aceleradamente el trayecto que conduce de la esbeltez física a la ostentación pública de celulares, de la casa de verano al auto importado, haciendo cuenta y caso que no tenemos nada que ver con la deuda social.
Expuestos a la mala calidad de esos medios electrónicos que nos ofrecen felicidad en frascos de perfume y refrigerante, alegría en paquetes de cigarros y enlatados, ya no queda espacio para la poesía ni tiempo para gozar la infancia. Perdimos la capacidad de soñar sin ganar a cambio sino el vacío, la perplejidad, la pérdida de identidad.
En dosis químicas, la felicidad nos parece más viable que recorrer el desafiante camino de la educación de la subjetividad. Se mercantilizan las relaciones conyugales, de parentesco y de amistad. Y en ese juego, al igual que en las películas norteamericanas, quien no es hábil y descaradamente cruel, muere.
Sólo hay esperanza para quien crea que el diluvio neoliberal no es capaz de inundar todos los sueños e intente navegar, a pesar de que casi no sople el viento, en las alas de la solidaridad con los excluidos, de la lucha por la justicia, del cultivo de la ética, de la defensa de los derechos humanos y de la búsqueda incansable de un mundo sin fronteras también entre ricos y oprimidos. Pero ésa es otra historia, que exige mucha fe y cierta dosis de valentía.
A propósito: lo contrario de la soberbia es la humildad; de la envidia el desapego; de la ira la tolerancia; de la pereza el compromiso; de la avaricia el compartir; de la gula la sobriedad; de la lujuria el amor.
Traducción J.L.Burguet
Frei Betto es escritor, autor de "Comer como un fraile. Recetas divinas para quien sabe por qué tenemos un cielo en la boca", entre otros libros.